Presentación de la CVR en el Congreso
SESION DE LA COMISION
DE DERECHOS HUMANOS DEL CONGRESO DE LA REPUBLICA
La Comisión de la Verdad y Reconciliación ha
explicado, hasta en dos oportunidades, el contexto en el cual se ha
distorsionado gravemente el sentido de las declaraciones referidas a la
naturaleza política del autodenominado Partido Comunista del Perú. Esas
declaraciones, como todas aquellas atribuidas a la Comisión, deben ser
entendidas por el país a la luz del mandato que estamos ejerciendo.
El mandato conferido a la CVR consiste en
contribuir al esclarecimiento de graves crímenes y violaciones a los derechos
humanos, así como a identificar las causas y el proceso de la violencia que
afectó gravemente al país durante veinte años. Ello nos permitirá elaborar
propuestas viables de reparación, justicia y reconciliación. La Comisión no
está aquí para otorgar calificativos, denominaciones o justificación alguna a
ningún grupo, aunque sí lo hará respecto de sus conductas, en cuanto impliquen
responsabilidad activa o pasiva en los crímenes y violaciones a los derechos
humanos. Se entiende como institución estatal con sentido nacional y por ello
se adscribe – como no puede ser de otro modo – a la labor de fortalecimiento de
la democracia constitucional.
Dice el diccionario de la Real Academia
de la Lengua Española: "Partido: Conjunto o agregado de personas que
siguen y defienden una misma opinión o causa".
Guillermo Cabanellas, autor de uno de los
diccionarios jurídicos más conocidos y utilizados en el mundo del derecho,
sustenta en el "Diccionario enciclopédico de derecho usual", XII
edic, t.V, la siguiente definición:
"Partido político: agrupación que
aspira al gobierno o dominación del estado, o que ejerce el uno o la otra, con
ideas o programas más o menos definidos" .
El ilustre Max Weber, una de las más
grandes figuras de la sociología moderna, denomina partidos "a las formas
de socialización que tienen como fin proporcionar poder a sus dirigentes dentro
de una asociación y otorgar por ese medio a sus miembros activos determinadas
probabilidades sociales o materiales ( la realización de objetivos o el logro
de ventajas personales, o ambas cosas). Pueden ser formas de socialización
efímeras o de cierta duración y aparecer como asociaciones de toda clase o
forma: séquitos carismáticos, servidumbres tradicionales y adeptos
racionales". (Max Weber. Economía y Sociedad. Tomo I. Página 228).
Por su parte, Maurice Duverger y Benjamín
Constant señalan que un partido político es una agrupación de personas que profesan
una misma doctrina política,
Como lo señala Giovanni Sartori, análisis
que ha sido recogido en el país por científicos sociales como Nicolás Lynch y
juristas como Marcial Rubio, en realidad podemos encontrar hasta dos
definiciones de partidos políticos: una, la que existe en la realidad (dato
fáctico) y, otra, la prescriptiva dentro de un sistema político determinado.
Desde el punto de vista fáctico, de la
pura realidad, efectivamente puede definirse como organización o partido
político a aquella que pugna por llegar al poder y, desde él, gobernar para
transformar la realidad según sus propuestas. En esta definición no hay
prescripción alguna sino más bien el intento de describir adecuadamente una
organización determinada. Negar el carácter político de una organización que
intenta llegar al poder y gobernar implica desconocer la naturaleza de las
cosas.
Dentro de este concepto de organización
política, estrictamente descriptivo, pueden entrar los grupos subversivos que
hemos tenido y tenemos en el Perú.
Sin embargo, hay otra dimensión en donde
no se puede reconocer entidad política a estas organizaciones subversivas. Me
refiero a aquella que se guía por los principios y valores de un sistema
político determinado. Específicamente, la visión jurídica constitucional y
prescriptiva, que establece cuáles de todos los partidos señalados por la
realidad de las cosas, pueden ser aceptados dentro de un sistema de partidos
existente y regulado por la Constitución.
Desde esta perspectiva, es obvio que una
organización de naturaleza política que hace un uso intensivo del crimen y del
terrorismo no puede ser admitida dentro del sistema político democrático. No le
resulta aplicable el artículo 35 de la Constitución Política del Estado que a
la letra señala:
"Los ciudadanos pueden ejercer sus
derechos individualmente o a través de organizaciones políticas como partidos,
movimientos o alianzas, conforme a ley, Tales organizaciones concurren en la
formación y manifestación de la voluntad popular. Su inscripción en el registro
correspondiente les concede personalidad jurídica".
En este sentido, el uso del terrorismo
como método de acumulación de poder no puede ser admitido dentro del sistema
democrático. La condena y rechazo al terrorismo y al crimen incluye la segregación
explícita de Sendero Luminoso y el MRTA dentro del sistema de partidos,
conforme a las reglas constitucionales mencionadas.
En suma:
1. Partido político es:
Una organización basada en una ideología
y que procura la conquista del poder
Ideología + ideario / programa + plan de
acción = partido político
2. En la caracterización general hay
partidos democráticos y partidos totalitarios. Los primeros reconocen otros
partidos, los segundos no reconocen "las reglas de partidos"
característica de los regímenes democráticos.
3. La estrategia de algunos partidos
totalitarios puede ser criminal si el objetivo es la eliminación física de
opositores. No todos los partidos totalitarios son criminales. Pero sí debemos
recordar que los peores crímenes de lesa humanidad fueron cometidos por
partidos u organizaciones políticas. El partido nacional socialista de los
trabajadores alemanes, el partido fascista italiano, el Partido Comunista de
Kampuchea, el cual incluso aún después de su derrocamiento por la invasión vietnamita,
mantuvo por largos años su sitio en las Naciones Unidas.
En busca del poder: innumerables
ejemplos, como SL, que buscan la creación de un "nuevo estado"
intentando destruir el orden legal y político existente apelando a diversos
métodos, especialmente de terror.
4. Partido político no es sinónimo de
legalidad: pueden haber partidos ilegales por decisión de quienes detentan el
poder aplicando normas jurídicas específicas del país.
Por último, la CVR se permite recordar
una de las conclusiones a las que llegó la Comisión Especial del Senado sobre
las Causas de la Violencia y Alternativas de Pacificación en su Informe del 18
de octubre de 1988, cuyas recomendaciones fueron aprobadas por unanimidad.
"Para la Comisión, lo importante ha
sido la ubicación del fenómeno, su enraizamiento y expansión, su
caracterización como grupo político adscrito a una ideología que estructura una
organización y elabora una estrategia de poder, es decir, los tres elementos
que la ciencia política señala como requisitos que identifican a cualquier
organización política, aunque en su acción, el violentismo militar de su
aplicación y el terrorismo de sus actos hará que la organización pierda la
visión política de conjunto de su propia propuesta".
Señora Presidenta,
A lo largo de su trabajo, así como en
todas las ocasiones en que se ha dirigido públicamente a la ciudadanía, la
Comisión de la Verdad y Reconciliación ha dado muestras de ser una institución
plenamente identificada con la consolidación de la democracia en nuestro país,
una democracia que signifique respecto irrestricto al Estado de Derecho, y al
mismo tiempo actitudes de tolerancia y honestidad fundamentales entre quienes
tienen el honor de desempeñar cargos públicos. Afirmamos por eso que es
inaceptable que se insinúe siquiera alguna proclividad de nuestra institución
hacia los partidarios de la
violencia por el sólo hecho de cumplir con nuestro deber: llamar a las cosas
por su nombre y propiciar, así, que el Estado, los sectores políticos y la
ciudadanía en general conozcan las verdaderas naturaleza y dimensiones de un
fenómeno que provocó la muerte de miles de peruanos y ocasionó cuantiosas
pérdidas materiales a la sociedad.
No estamos solos, por lo demás, en la
aplicación de esa categoría descriptiva – la de partido u organización política
– al Partido Comunista del Perú, conocido como Sendero Luminoso. Lo han hecho
antes, sin provocar los denuestos que en estos días hemos recibido, muchos
estudiosos del fenómeno e inclusive miembros de las fuerzas de seguridad del
Estado. Permítame, señora presidente, citar para ilustración de los señores
congresistas algunos textos oficiales y también recientes declaraciones que se
refieren a este tema.
En primer lugar, quiero referirme a una
publicación que no es ni de la Comisión de la Verdad y Reconciliación ni de
ningún grupo político u organización no gubernamental. Me refiero al manual
"Subversión: Ideología y Doctrina", producido y editado por el
Ministerio de Defensa en 1996. En dicho documento se sintetiza la estrategia
antisubversiva de las Fuerzas Armadas, incluyendo una evaluación de lo que se
considera el enemigo interno, vale decir, las organizaciones subversivas. En
dicho texto se señala, a propósito de los objetivos de Sendero Luminoso que las
ideas que este grupo sostiene se hacen "para diseñar los objetivos y las
políticas que debe regir el Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso"
(página 30).
Este texto no es una publicación
marxista. Es un texto oficial de nuestras Fuerzas Armadas, en donde ellas realizan
un análisis franco y abierto de la naturaleza del enemigo, pues – como se ha
demostrado en múltiples ocasiones – es fundamental educar en doctrina
antisubversiva a fin de asegurar la eficacia de la lucha contra la misma
subversión.
Ese manual señala, en su página 30, que
el objetivo de la subversión de Sendero Luminoso es "la obtención del
poder como medio para llegar a la revolución mundial comunista". Es decir,
este texto oficial de nuestras Fuerzas Armadas considera al PCP – SL como parte
del Movimiento Comunista Internacional. Este análisis, obviamente, asigna a
Sendero Luminoso una organización basada en una ideología y un programa, así
como una estrategia violentista para llegar al poder. Una organización de estas
características es política.
Sin embargo, los métodos y las
estrategias, así como los fines que persiguen, no pueden llevarnos a decir de
ninguna manera que Sendero Luminoso forma parte de los partidos políticos
democráticos.
A mayor detalle, vuelvo a citar este
manual militar. Refiriéndose a la ideología adoptada por Sendero Luminoso
señala: "es una organización político – militar encuadrada en el marxismo
– leninismo – maoísmo". (página 15).
De otro lado, altos oficiales de las
fuerzas del orden, con gran experiencia en la lucha contrasubversiva, han
resaltado el carácter político de Sendero Luminoso:
Un ex jefe de comando político militar en
Ayacucho, insospechable de simpatías hacia la subversión, ha declarado en una
entrevista a la Comisión que la denominación exclusiva de Sendero Luminoso es
una tergiversación de los hechos que impide resaltar que "quien conduce la
subversión es el Partido Comunista del Perú ... que quiere tomar el poder por
la política de la violencia".
De la misma manera, un ex coronel PNP,
fundador del trabajo de inteligencia operativa en el país, ha declarado a la
Comisión a manera de balance lo siguiente:
"Ésta fue una guerra política, una
guerra no convencional. Cuando se habla de subversión se habla de ideología
(...) Lo que no es militar es acto político y el combate de actos políticos es
guerra política".
A su vez, el general PNP Antonio Ketín
Vidal señaló a la Comisión que desde un principio hubo un error conceptual en
la respuesta estatal a la subversión porque "Se pensó de que era un grupo
de terroristas armados, ejerciendo la violencia por aquí, por allá, pero no se
tenía una visión clara del problema, de que se trataba, nos guste o no nos
guste, de un proyecto político, con objetivos políticos, con estrategias,
igual, objetivos militares, estrategias y toda una organización que fue
creciendo en el tiempo, por supuesto, y aunque haya sido una quimera, el
objetivo era tomar el poder".
Por su parte, el coronel PNP Benedicto
Jiménez reconocido experto en la materia, señala en las recomendaciones sobre
guerra ideológica de su libro Inicio, desarrollo y ocaso del terrorismo en
el Perú (Tomo II página 818) lo siguiente:
"Hay que hacerles ver [a los
subversivos] que existe un error en su interpretación de la realidad peruana y
cuestionar los fundamentos sobre los cuales han levantado su edificio
ideológico y político (el Marxismo-Leninismo-Maoísmo-Pensamiento Gonzalo).
Estamos de acuerdo que en esta etapa de guerra interna del país, la estrategia
debe ser más política que militar. Si no se toma en cuenta este detalle,
estaremos cometiendo los mismos errores que antes de la captura de Abimael
Guzmán. El golpe más certero se le debe dar a SL debe ser en su ideología que
está agonizando".
Por su parte, el General Máximo Rivera
Díaz, ex - jefe de la Dirección Nacional contra el Terrorismo ha señalado, y
cito, : "Sendero Luminoso es una organización política. Yo he tenido 18
años luchando contra la subversión, he enterrado colegas que fueron muertes por
los senderistas y he tenido oportunidad de hablar con los subversivos y saber
quienes son".
Nuestro país enfrenta todavía varios
retos en materia de pacificación y seguridad interna, como lo hemos podido
todos apreciar en la última semana. Es deber de toda organización pública
responsable abocada a este tema, buscar diagnósticos y soluciones de fondo, en
lugar de distraerse – por cortedad de miras o por intereses inferiores a los de
la Nación – en discusiones adjetivas que nos desvían de las respuestas
sustanciales que el Estado debe dar. No digo nada nuevo: la vieja sabiduría
castellana contiene claras lecciones sobre las malas consecuencias de la
frivolidad – que es otro nombre de la superficialidad, cuando se trata de
enfrentar cuestiones graves. Lo dijo, mejor que nadie, el fabulista Iriarte en
un texto que todos ustedes seguramente conocen.
Galgos o podencos, las organizaciones
subversivas tienen una naturaleza particular que no desaparecerá simplemente
porque alcemos la voz o porque nos trabemos en competencias de palabras
gruesas. Nuestro deber – el de la Comisión
de la Verdad y Reconciliación y también, permítanme recordarlo con todo
respeto, el de los representantes de la Nación – es conocer mejor la
profundidad del fenómeno subversivo, que nosotros rechazamos por sus métodos
violentistas.
Junio 2003
Salomón Lerner Febres
Presidente
Comisión de la Verdad y Reconciliación