Una esperanza en la Oscuridad (?)
Introducción
Yo, B. B. A., tengo raices que son decendencia de Celendín. Todos los años voy a esa tierra añorada y querida, para visitar a los parientes y en especial soy devota de la “Virgen del Carmen”, Patrona de Celendín.
Cada año voy comparando como la Comunidad
Religiosa felizmente todavía tiene fe, procura tener confianza en sus
sacerdotes, celebran cada año muy hermosa la fiesta de su Patrona el 29 de
Julio, poniendo toda su voluntad, creatividad, entusiasmo, devoción, haciendo
desprendimiento económico a pesar de la pobreza que abate a ese pueblo pequeño
y tan hospitalario y de gran corazón; llegando hacer el único mes del año que
son llenos de recuerdos, añoranzas, felicidades, alegrías ya que comparten con
sus paisanos que llegan de diferentes lugares a unirse a la celebración; aquí
se realizan las fiestas de Quince años, matrimonios, bautizos, cambio de aros,
aniversarios de matrimonio etc.
Todo el mes de Julio es lleno de algarobia.
Primeramente se celebran las misas, sus devotos, luego los barrios o calles,
las Institutiones, los Religiosos y escuelas; el día 29 para las personas que
vienen de otros lugares fuera de la Comunidad.
Se nota la participación de todos los fieles, pero
existe un día especial llamado “Día Central”. Comenzando con la Misa de fiesta
que se celebra a las 10 de la mañana, la Iglesia muy bien adornada, llena de
hermosas flores, cirios, velas y altares. La gente acude poniéndose lo mejor de
su vestimiento, los coros de diferentes edades, entonando canciones escritas
por ellos mismos, el entusiasmo de la gente es contagioso, nos hacen sentir
como en casa.
Son las 9.30 A.M., todos acudimos a guardar
nuestros lugares para la hora de la misa. Pero existen preguntas y la
preocupación.
¿Vendrá el Obispo a celebrar la Misa de gala?
¿Nos ha ofrecido el año pasado? ¿Lo hemos invitado?
Son las 10 y 15 A.M., se murmuraq y se viene el Obispo Angel Francisco
Simón Piorno, hace su entrada triunfal trayendo dos otros sacerdotes sus más
alligados. La misa se realiza con la participación y el entusiasmo de todo el
pueblo.
El sermon: “Hermanos en Cristo los felicito de
corazón por este homenaje a la “Madre del Carmen”; este hermoso pueblo es de
gente muy unida y trabajadora; entre las provincias que he visitado, ésta es la
más bella, tiene un indiscriptible paisaje, siempre he dicho en todos lugares:
¡Celendín es la puerta del cielo! ¡Es la bendición del Señor!”
Pero lo que le faltó decir es que su gente
es ingenua, crédula y facil de engañarle. Hay una Hermandad de la “Virgen del
Carmen”, ellos son los encargados de organizar las diferentes actividades,
tanto en el orden religioso, como social. Hacen las peticiones, dan informes
etc. Después que se termina la Misa comienza un delegato agradecer en nombre de
todos los asistentes y con la esperanza puesta en el Obispo, se dice:
“Monseñor Angel Francisco, Ud. se da
cuenta que el techo de nuestra Iglesia por la cantidad de años que tiene está
demasiado deteriorado, hay goteras por las lluvias, se ha podrido la madera y
corre peligro de caerse.¡Por favor, apóyenos para aportar con algún dinero para
cambiar todo el techo!”
“Trateré de conseguir
fondos para ello. No se preocupen, voy a hacer todo lo posible”.
Pasa 1 mes, 2, 3, 4 - nada de apoyo de sacerdotes ¿No hemos recibido
noticias de Monseñor, que hacemos? se preguntan todos.¡Formemos una comisión
que vaya a Cajamarca hablar con el Obispo! Llegan, piden audiencia, por fin
concedida.
“¡Adelante, hermanos! ¡Qué
gusto saludarlos! ¿Qué dice Celendín?”
“Sr. Obispo, hemos venido expresamente para que
nos dé el apoyo económico que nos ofreció para cambiar el techo de la Iglesia”.
“Lamento, hermanos. He realizado las gestiones con
los paises que nos apoyan y no hay por el momento nada, aquí peor; no tengo
ningún recurso”.
La comisión regresa defraudada, desanimada, tristes y desesperados. Se
reune toda la población, opiniones: ¡Esto es una burla! ¡Como podemos confiar
en una persona que se dice es representante de la Iglesia y de Dios!
¡Consultemos con nuestros sacerdotes!
Pero felizmente como existe la unión que hace la
fuerza se escuchan opiniones: ¡Hermanos, no vamos a dejar que nuestra Iglesia
se venga al suelo! ¡Unamos nuestros esfuerzos, nuestra voluntad y vamos a
cambiar el techo. Celebramos a medida de nuestras posibilidades, los que tengan
madera, carrizos, los que trabajan en construcción apoyemos! ¡Realicemos
actividades, bailes, rifos, polladas, parrilladas para conseguir fondos!
Y con el esfuerzo de todos se cambia el techo de
la Iglesia.
El siguente año nuevamente viene Angel Francisco,
hace su entrada triunfal como rey de judios, llega a la celebración de la Misa
de fiesta de 29 de Julio; este el día que se celebra el llamado Día Central ya que
vienen todas las personas de diferentes lugares y estamos de vacaciones.
Habla el traidor y mentiroso: “Ay, que alegría,
los felicito, han cambiado el techo, ya decía yo, son muy activos y trabajadores, qué el Señor los bendiga y
les dé muchas fuerzas y salud para seguir trabajando”.
Comentarios: ¡Qué bonito consuelo! ¡Qué palabras
tan convincentes! ¡Qué fresco es este panzón! ¡Qué hipócrita! ¡este es un
.....!
Y el Obispo: “Muy agradecido, me voy contento y
feliz de esta ciudad tan bella y hospitalaria”. Luego se va al supulente
desayuno que con mucho sacrificio ha preparado la Hermandad. Pero antes de ir
al desayuno nos dice: “Ha terminado la Misa, nos veremos, si Dios quiera y la
Santisima Virgen del Carmen, el año que viene. Quisiera hacer otra petición:
observo que la luz es muy baja, casi no alumbra. La Iglesia está despintada, se
ve un poco sombria. Les voy a ayudar a cambiar todo esto; haré mis contactos,
ya, ya, ya”.....
Pasan 1 mes, 2, 3, 4 meses - y nada de nada y otra
falsedad. Nuevamente viaja una comisión hablar con el Obispo.
“!Benvenidos hermanos, qué gusto saludarlos!
Creanme que he realizado gestiones por diferentes medios pero lamentablemente
no he recibido respuesta; tal vez más adelante, no perdamos la esperanza”.
Pasan nuevamente 2, 3, 4 meses, la gente se
inquieta - nada. Comienza a invadirles la tristeza. ¡Qué desgracia, sólo cuando
está delante de un pueblo sufrido, hambreado y creyente son los ofrecimientos y
promesas!
Yo personalmente soy fiel testigo que la gente es
muy empeñosa, dedicada, responsable y trabajadora. Y los que mantiene así es la
fe y la devoción. El amor y dedicación que le tienen a su “Madre del Carmen”
está sobre todas las dificultades, engaños, falsedades, hipocrecías,
humillaciones, penalidades y pobreza. Ella les da todo con su amor y aunque
paresca mentira como se dice: “La fe obra milagros”. Porque llega el año del
Milenio y qué felicidad: con la ayuda de todos los Celendinos residentes allí y
en otras ciudades se realizaron las instalaciones y alumbrados de la Iglesia,
se pintó y todo se quedó a pedido de todos muy hermoso y con una iluminación
preciosa con reflectores.
Comienza la gente forastera a llegar el 29 de
Julio que es la Misa de fiesta, luego la procesión. ¡Qué alegría invade nuestra
alma y corazón al llegar a venerar a nuestra “Madre del Carmen” y ver su
Iglesia transformada!
Preguntamos: ¿Ayudó nuestro Obispo? ¡Nada! Es el
esfuerzo del pueblo, tiene aún más mérito. Todo el pueblo reunido en la Iglesia,
llena hasta la calle ya que la Iglesia no es muy grande. Esperamos y con muchos
comentarios: ¡Creo que no viene el Obispo! Dicen que está enfermo; y otros:
¡Seguro que no viene de vergüenza que nos ha engañado dos veces! Llegan más
hermanos y por fin: ya llegó el Sr.Obispo. Hace su entrada como un César
romano, pero la gente ya no lo recibe con mucha alegría, ni entusiasmo, solo
algunos cucufatos le aplauden.
Otra vez el Obispo: “Ay, hermanos ¡qué hermosa
está la Iglesia! Ustedes son muy trabajadores y responsables. Donde quiera que
voy les pongo de ejemplo. Si así fueran todos los pueblos, nuestras Iglesias
lucirían hermosas. Felicitaciones, ¡no tengo palabras para expresarles mi
satisfacción y alegría. Qué el Señor y la Madre del Carmen los bendiga!” - y palabreo tras palabreo....
Al finalizar la Misa, uno de los representantes de
la Hermandad le agradece y el responde: “Hermanos en Cristo, les voy a contar
algo que me ha sucedido y puedo comprobar que la Madre del Carmen es muy
milagrosa. El día de ayer estuve muy mal de la garganta y una gripe terrible,
no podía articular palabra. Bueno, en mis oraciones me encomendé a la Virgen si
me mejoraba venia a Celendín - y cosa increible: aquí me tienen muy mejor y con
ganas de celebrar la Misa y cantar. Me pregunto, será por ello que Ustedes le
tienen tanta fe y confianza”.
La presidenta de la Hermandad en nombre de todo el
pueblo de Celendín al Obispo: “Como Ud puede ver, hemos realizado muchos
sacrificios para cumplir con sus peticiones de transformar nuestro templo.
Ahora, nuestro mayor anhelo y queremos invocar a su sensibilidad y espíritu de
humanidad para que eleve el templo a Santuario de la Madre del Carmen de
Celendín”.
Aplausos, aplausos, entusiasmo, esperanza,
alegría, confianza, todos pedimos que se haga efectiva esta petición que es la
añoranza de toda la gente. Con risa de hipócrita y sarcasmo, el Obispo nos pide
calma: “Calma, hermanos; bueno hermanos, sus palabras me han conmovido, pero
quiero hacerles la última petición. Si para el próximo año encuentro el piso de
la Iglesia totalmente cambiado y una mampara a la entrada de la Iglesia, lo
elevaremos a Santuario”.
“Pero Monseñor, ya no tenemos recursos, y la gente
ha colaborado bastante ya”. “Saben, trataremos de ayudarles, voy a gestionar a
los paises que nos apoyan para que nos den el aporte, que se haga un presupusto
y me lo hacen llegar a mi despacho”.
Después que se termina la fiesta de la Virgen, se
reunen las señoras de la Hermandad con el Padre Pedro Terán y él les comunicó
de confianza que había conversado ya con el Obispo, y el Obispo le había dicho
que no lo iba a elevar a Santuario la Iglesia. Todas se sorprendieron y
enojadas le dijeron: “!Padre, eso no es posible. El Obispo nos ha ofrecido”! Se
rie nomás el Padre y dice: “El Obispo nunca dice la Verdad, de lo que nos habla
y ofrece hasta a nosostros, los sacerdotes, hay que creerle la mitad, como
máximo”.
Sin embargo, la gente es tan cándida e innocente y nuevamente confia; no se duermen, se hicieron cotizaciones, presupuestos etc. Viaja la comisión personalmente trayéndole el presupuesto.
“Monseñor, los gastos para cambiar todo el piso y la mampara son de 8.000 dólares”.
“Bueno, está bien, déjenlo, ya les estoy comunicando, creo que esta vez si nos van a
ayudar”. “Gracias, Monseñor, confiamos en Usted; ¡ójala sea rápido!”
!”Vayan con Dios, hermanos....”!
Ahora, ya han pasado 7 meses y hasta el momento,
nada. Ya se pierde toda esperanza y nos acordamos de las palabras de Padre
Pedro..... El esfuerzo, el tezón, el ánimo de trabajo persiste, pero
lamentablemente ya no se le puede exigir a los pobladores que se sacrifiquen
tanto. Ya que la gente dispone de bajos recursos, la mayoría es gente obrera,
las mujeres trabajan fabricando hermosos sombreros y los venden los domingos y
con ese dinero es para comprar sus alimentos de toda la semana.
Yo personalmente me siento identificada con este pueblo, me duele en el alma los abusos, las injusticias que hace este hombre que se dice que es enviado de Dios, que juege tan cínicamente con los sentimientos, con la fe, la esperanza de esta comunidad cristiana que su única meta está puesta en el Señor Jesucristo esperando su Misericordia, y que tal vez algún día terminen estos abusos. Y el día de mañana, ójala no muy lejano, mirando hacia un horizonte, podamos tener autoridades de la Iglesia que tengan consciencia y se acuerden y tomen en cuenta a la gente pobre y que puedan impartir la caridad a los necesidados y así podamos tener Obispos, sacerdotes que practiquen y enseñen una Religión bien llevada, basada en la humildad, en la honradez, en buenos principios y en el buen ejemplo; que es lo que más necesitamos para construir un pais mejor y los pueblos olvidados sean recatados de todos los valores que deben tener.
He dado mi testimonio basado en la Verdad, en lo que he experimentado y que òjala Dios permita que con armonía, fe, caridad, el saber compartir siendo más hermanos, formemos un futuro mejor y construyamos mejores cimentos para nuestros hijos, para la humanidad, la juventud que está perdiendo los valores éticos y morales, y así lograr una Iglesia sólida y verdadera como manda Cristo nuestro Señor
¡Gracias por su atención de escucharme, y a las Damas de la Hermandad por
su colaboración!
Cajamarca, febrero 2001