A PROPOSITO DEL LEVANTAMIENTO DE RECOMENDACIONES DE INGETEC.

LIMITACIONES Y RETOS DE LA GESTION AMBIENTAL MINERA Y LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL EN EL PERU

 

P. Marco Antonio Arana Zegarra

GRUFIDES

 

LA JORNADA DE INGETEC

El viernes 16 pasado, en el Hotel Gran Continental, se realizó una jornada más de información del levantamiento de recomendaciones de INGETEC con la participación de funcionarios del Ministerio de Energía y Minas, la empresa minera, algunos campesinos, profesores universitarios, algunas autoridades del gobierno regional, funcionarios de sectores y miembros de ONGs locales. El evento sirvió para que los técnicos de INGETEC informaran cuál es el estado actual del levantamiento de recomendaciones por parte de Minera Yanacocha, con especial énfasis en las 69 recomendaciones que Minera Yanacocha se niega a cumplir aduciendo razones técnicas, legales e incluso económicas. Parte de los documentos de descargo de Yanacocha se halla en la página Web del MEM: www.minem.gob.pe

 

 

ANTECEDENTES

Minera Yanacocha venía levantando las trescientas nueve recomendaciones desde fines del año 2004 en un clima de falta de transparencia y de información pública. Fue precisamente a fines de ese año que miembros de GRUFIDES, fuimos informados por un alto funcionario del MEM que el proceso de levantamiento de recomendaciones estaba en curso y que se hallaba en Lima una delegación de INGETEC procesando la información que había acopiado de la propia empresa minera en su visita a Cajamarca. Ni siquiera las autoridades cajamarquinas habían sido informadas de la presencia de la delegación. Tuvimos oportunidad de poder entrevistarnos con la delegación de INGETEC y pudimos recomendar la necesidad de transparentar el proceso, tal como lo habíamos hecho en nuestro pedido verbal a la entonces directora general de minería del MEM. En la entrevista, con los miembros de INGETEC que se encontraba en Lima nos respondieron que ese el rol de hacer público el proceso era competencia del MEM por lo que trasladarían nuestra preocupación a la autoridad correspondiente.

Transcurrieron algunos meses y ninguna información del levantamiento de recomendaciones fluyó a Cajamarca. Ni las autoridades locales, ni las organizaciones de la sociedad civil interesadas podían saber qué estaba ocurriendo con el proceso de levantamiento de recomendaciones de INGETEC. Los miembros de GRUFIDES decidimos entonces exigir que la Comisión Intersectorial Ambiental Regional CIAR asumiera funciones más activas. Esta comisión tenía entre sus propósitos dar seguimiento a las recomendaciones de INGETEC, pero la verdad es que ni siquiera su presidente (el entonces gerente de recursos naturales del Gobierno Regional) estaba siendo informado por el MEM. Prontamente en la CIAR se solicitó reuniones con funcionarios del MEM y se invitó a funcionarios de Minera Yanacocha para que explicaran qué estaba ocurriendo con el levantamiento de las recomendaciones de INGETEC. Los miembros de la CIAR pudimos exigir que el proceso se hiciera de forma transparente. Los funcionarios del MEM se comprometieron a enviar todos los documentos relacionados con el levantamiento de informaciones, cosa que no ocurrió sino después de múltiples insistencias y ni siquiera se remitió toda la información. El centralismo limeño es simplemente agobiante.

 

 

IMPORTANCIA DE LA AUDITORÍA DE INGETEC

La auditoría ambiental independiente de INGETEC fue el fruto más importante de la Mesa de Diálogo del CTAR (a despecho de quienes sostienen que las mesas de diálogo no han dado ningún fruto). En la historia de la minería reciente del Perú, no existía ningún precedente que obligara a una mega empresa minera a someterse a una auditoría ambiental independiente, y que el Estado además la promoviera bajo la presión ciudadana organizada. Después de lo que el pueblo de Cajamarca consiguió para que se aplicara la auditoría, los movimientos sociales de Oruro en Bolivia, de Esquel en Argentina se han interesado también por la realización de este tipo de auditorías. Otro tanto ha ocurrido con diversas organizaciones sociales en el Perú que vienen exigiendo que las auditorías ambientales independientes a las empresas mineras sean parte de los instrumentos ordinarios de gestión ambiental del MEM y no sólo fruto de presiones ciudadanas en cada localidad minera. Esta es la importancia de fondo de la auditoría de INGETEC: introducir nuevos instrumentos de gestión ambiental en minería. Sin embargo, falta aún un largo trecho para que los burócratas del MEM y las empresas entiendan y asuman que no bastan las cuestionadas fiscalizaciones ambientales que actualmente realizan (solo dos veces al año y con previo aviso a las empresas). En realidad, dentro de los costos de los proyectos mineros debiera incluirse los costos que demandaría la realización periódica (cada dos o tres años) de auditorías ambientales independientes, transparentes, participativas.

Ahora bien, la realización de la auditoría ambiental independiente de INGETEC tuvo como telón de fondo un amplio proceso de participación ciudadana que contribuyó activamente en la formulación y aprobación de sus términos de referencia. Y aunque el temor de los burócratas del MEM del 2000-2001, presionados por los funcionarios de la empresa minera, impidió que la ciudadanía cajamarquina organizada pudiera también participar en la selección de la auditora internacional así como participar, en calidad de veedores, en la realización de la auditoría (lo que en algún momento hizo dudar sobre la independencia y transparencia del proceso), lo cierto es que la auditoría se hizo, y se hizo bien. INGETEC fue calificada por la división de proyectos de la Oficina de Servicios para Proyectos de las Naciones Unidas - UNOPS que se constituyó en fideicomisaria de los fondos de Yanacocha para pagar los gastos de la auditoría.[1] Los técnicos de INGETEC debieron implementar mecanismos de transparencia en la realización de la auditoría, de manera que la población se mantuviera informada de los avances de la misma y se asegurara que todos los actores involucrados pudieran expresar sus preocupaciones y alcanzar información que pudiera ser valorada por los auditores.

 

LOS ESFUERZOS PARA HACER FRACASAR LA AUDITORIA

A la par que algunas voces radicales escépticas cuestionaban la independencia de la auditoría de INGETEC (y por ello terminaron retirándose de la Mesa de Diálogo del CTAR), venía ocurriendo un proceso, menos conocido, consistente en un conjunto de presiones que la empresa minera hacía para hacer fracasar la auditoría. Los extremos se juntaban. Un extremo de la población cuestionando la independencia, al otro extremo funcionarios de la empresa minera cuestionando la calidad técnica y científica de la auditoría.[2]

Las posturas radicales en Cajamarca son conocidas y se justifican por la falta de confianza y de credibilidad fruto de la destrucción institucional y la corrupción de la época fujimontesinista. Es más sin estas posturas, probablemente, la población y sus representantes habrían sido presa de la ingenuidad respecto de las exigencias de transparencia de la auditoría. Los directivos de la Mesa de Diálogo del CTAR debimos ser sumamente vigilantes y exigentes para garantizar la transparencia y el carácter público de la realización de la auditoría.[3] INGETEC se tomó en serio la necesidad de informar adecuadamente a la población.

Las presiones de la empresa, ocurrieron tras bambalinas. Numerosas conversaciones y cartas se produjeron buscando deslegitimar la actuación de INGETEC. Una de las cartas del Ing. Carlos Santa Cruz se filtró a la opinión pública. En ella el alto funcionario de Yanacocha sostenía que la auditoría de INGETEC no era técnica ni científica, que no siguió protocolos establecidos, que cometía errores e inexactitudes ni cumplía con los objetivos propuestos. Literalmente, la carta decía: “MYSRL identificó tres observaciones globales, las cuales pueden resumirse de la siguiente manera:

 

1)      No se empleó enfoques técnicos y científicos ni para la auditoría ni para la evaluación del Reporte Preliminar de Auditoría.

2)      No se utilizaron enfoques/protocolos de auditoría estándar para conducir auditorías y evaluaciones ambientales. Asimismo diversos errores

         e  inexactitudes ocasionaron una mala interpretación de la información proporcionada al Equipo de Auditoría.

3)      El Reporte Preliminar de Auditoría no cumplió con los objetivos especificados en los Términos de Referencia. [4]

 

En una maniobra para entorpecer y dificultar la realización de la auditoría ambiental independiente, con fecha 18 de agosto del 2003, la carta del máximo funcionario de Yanacocha sostenía que habiéndose producido cambios en los términos de referencia (sic.), esto debería ser examinado por la Mesa de Diálogo del CTAR: “La auditoría independiente deberá ser compatible con los Términos de Referencia originales, cualquier cambio de estos términos deberá ser examinado por la Mesa de Diálogo.”[5] Es decir, Yanacocha invocaba la intervención de la Mesa de Diálogo del CTAR, cuando la empresa misma en carta del 22 de mayo del 2003, había comunicado oficialmente su retiro de la Mesa de Diálogo aduciendo que ésta había sido desactivada por el cambio de autoridades del gobierno regional, es decir cuatro meses después de que Yanacocha había desconocido la Mesa de Diálogo ahora la invocaba (¡¡). El documento oficial de Yanacocha retirándose de la Mesa de Diálogo había sostenido: “La desactivación del Ministerio de la Presidencia significó, en los hechos, la desactivación de la Mesa de Diálogo y solicitábamos una reunión (con el Presidente Regional) para conjuntamente con el Alcalde de Cajamarca, intercambiar ideas sobre la posibilidad de llevar adelante otra mesa de diálogo.[6] La empresa buscaba pues crear otra mesa de diálogo para controlar el proceso, para ello contaba con la colaboración de las nuevas autoridades, que como se sabe optaron por no auspiciar ninguna mesa de diálogo y procedieron a tratar directamente con la empresa minera bajo la modalidad de conseguir dinero vía convenios y arreglos poco transparentes que incluyeron el pago de deudas personales del alcalde para sufragar sus estudios de una maestría a distancia en una universidad española.

No obstante estas dificultades, la auditoría ambiental de INGETEC continuó adelante. Menos mal que, a pesar de todos estos inconvenientes, el MEM siguió respaldando el proceso para que la auditoría siguiera adelante.

 

 

EL ESTADO ACTUAL DE LA AUDITORIA

La auditoría de INGETEC terminó haciendo trescientas nueve recomendaciones. Todo un récord, porque en realidad la auditoría terminó además siendo una evaluación ambiental de Yanacocha. La empresa minera que por años había sostenido que tenía el mejor sistema de gestión ambiental del país, ajustado a estándares internacionales, resultaba recibiendo una avalancha de recomendaciones que iban desde cosas sencillas como tener envases de sustancias químicas en su laboratorio no rotuladas en español lo cual podría inducir a confusiones; pasando por señalar que Yanacocha no proporcionaba información suficiente sobre riesgos de salud a sus trabajadores expuestos al mercurio en la planta de procesamiento; hasta recomendaciones mayores como el hecho que la sola ubicación de la mina en cabeceras de cuencas supone un alto riesgo ambiental, más aún cuando no se cuenta con estudios hidrológicos e hidrogeológicos de la zona de operaciones y de la zona de influencia, ni una autoridad ambiental transparente, confiable, independiente que supervise las operaciones mineras.

Actualmente, han ocurrido tres visitas de INGETEC. Para el proceso de levantamiento de recomendaciones, INGETEC lo ha hecho en consorcio con Tecnología XXI S.A. empresa nacional inscrita en los registros del MEM para la realización de las fiscalizaciones ambientales. Gracias a la presión de la CIAR, desde la segunda visita de INGETEC ha habido audiencias públicas para informar a la ciudadanía sobre los avances del levantamiento de recomendaciones.

 

A nuestro modo de entender, lo que queda claro del proceso de levantamiento de recomendaciones de INGETEC son tres cosas:

 

  1. Es sumamente importante valorar y fortalecer el rol de mecanismos de auditoría independientes, confiables, transparentes y públicos. El MEM debiera institucionalizar los mecanismos que permitan la realización periódica de auditorías ambientales independientes, confiables, mejorando los mecanismos de participación ciudadana que en este proceso han sido insuficientes.
  2. Minera Yanacocha ha debido terminar aceptando la validez de la auditoría y proceder a mejorar algunos componentes de su sistema de gestión ambiental en un proceso que se extenderá hasta el 2007. Al respecto, puede verse los detalles en los documentos de levantamiento de recomendaciones. Algunos, no todos, están disponibles en la página Web del MEM, otros documentos están físicamente disponibles en la CIAR- Gobierno Regional.
  3. Existe un grupo de recomendaciones que Minera Yanacocha se negó a implementar, algunas porque son inadecuadas como la relacionada con el tratamiento final de bolsas que contienen nitrato de amonio, porque contravienen las disposiciones del ministerio y otras aduciendo que la legislación nacional (que es complaciente) no se lo exige o porque habría problemas de costos que la empresa no podría asumir (sic.) Al respecto, urge una toma de postura por parte de la CIAR y un pronunciamiento público que señale las pistas a seguir para mejorar la gestión ambiental de Yanacocha asegurando que no se siga causando más daños al medio ambiente y poniendo en peligro la salud de las personas del área de influencia de las operaciones mineras.

 

La pregunta que queda abierta es: ¿Después de INGETEC qué? ¿Qué mecanismos van a seguir estando activos para mejorar garantizar que mejora la gestión ambiental de Yanacocha, y que no se va a seguir poniendo en peligro el derecho de la población a vivir en un medio ambiente sano?

 

 

LAS LIMITACIONES Y LOS RETOS DEL LEVANTAMIENTO DE RECOMENDACIONES

 

Sectores de la población y autoridades locales desinformadas parecen centrar sus expectativas de solución a todos los impactos ambientales generados por las actividades de Minera Yanacocha en el levantamiento de las recomendaciones. Esta expectativa no será satisfecha. Primero, porque la auditoría de INGETEC no es un estudio de los impactos ambientales o de la contaminación causada por Yanacocha (esta explicación fue dada por Juan José Mariño, Director de INGETEC, a lo largo de toda la realización de la auditoría), sino simplemente una auditoría y evaluación ambiental del sistema de gestión ambiental de Yanacocha. En segundo lugar, porque INGETEC no ha levantado información actualizada de parte y solo ha utilizado la información que le ha sido proporcionada por la propia empresa minera (restricción introducida por los términos de referencia del levantamiento de recomendaciones), lo que constituye técnicamente hablando el mayor cuestionamiento al proceso de levantamiento de recomendaciones. En tercer lugar, porque la auditoría ambiental constituye una evaluación ex post de la gestión ambiental de Yanacocha, por tanto, estudia un periodo de tiempo determinado, en este caso lo que ocurrió con la gestión ambiental de Yanacocha entre el año 1993 y la primera mitad del 2003. Todo lo que ha ocurrido después, que es la etapa de mayor crecimiento de la operación minera (Proyecto La Quinua que es la que más impactos tiene sobre las aguas para Cajamarca), no ha sido evaluada ya que debe tenerse en cuenta que el Proyecto La Quinua recién comenzó a operar en el año 2002 por lo que no podía ser adecuadamente auditada y evaluada. 

 

La Empresa Minera

De parte de funcionarios de Yanacocha existe el peligro que quieran encontrar en el levantamiento de recomendaciones una suerte de certificación de excelencia de su gestión ambiental. En un momento en que Yanacocha desea ampliar sus operaciones contando con la oposición de las comunidades, los funcionarios mineros están buscando obtener “certificados de buena conducta”. Si la empresa Yanacocha subordina el instrumento de mejora de gestión ambiental, que es la auditoría, a sus objetivos de política de expansión minera cometería el grave error de deslegitimar toda la auditoría. Por las razones arriba expuestas, el levantamiento de recomendaciones de INGETEC,  no pueden solucionar todos los problemas ambientales actualmente existentes. Por esta razón, Minera Yanacocha no puede tratar de obtener ni “certificado de buena conducta” ni “certificación de excelencia ambiental” a partir de una auditoría. Los cambios que en materia de gestión ambiental necesita introducir Yanacocha van mucho más allá de la auditoría, tienen que ver con el propio rol del Estado que a la fecha no cuenta con un sistema de fiscalización independiente y una autoridad ambiental autónoma; tienen que ver con el hecho que en Cajamarca necesitamos contar con estudios de zonificación ecológica y económica, así como con planes de ordenamiento territorial que se cumplan; contar con un sistema de monitoreo ambiental independiente, participativo, transparente, permanente y vinculante; al cual por lo demás no es ajeno el cumplimiento del compromiso en la Mesa de Diálogo del CTAR que Yanacocha se ha negado a cumplir como es la implementación del laboratorio independiente; tienen que ver con la introducción de mecanismos de participación ciudadana y de transparencia eficaces que actualmente no existen; y con otros elementos más que si la empresa minera se decide realmente a cambiar en la lógica de responsabilidad social y ambiental auténtica sí podrían conducir a certificaciones ambientales serias.

 

El Estado

De parte de los funcionarios del MEM, se puede advertir una cierta fatiga e incomodidad. La auditoría ambiental independiente de INGETEC es algo que comenzó en la gestión anterior del MEM (2000-2001), esta gestión ministerial (que comenzó en octubre del 2004) ha debido continuarla y literalmente cargarla sobre los hombros como un pesado cadáver. Como es público, en materia de controles ambientales los actuales funcionarios del MEM son alérgicos a intervenciones de técnicos “extranjeros”, lo que no les ocurre por cierto cuando promueven inversiones extranjeras en su sector y cuando miran con una mezcla de admiración-sumisión a los altos funcionarios de las empresas mineras transnacionales (¿hay algo más extranjera que una empresa transnacional?) Bajo esta pauta de conducta de escopeta de dos cañones, a los actuales funcionarios del MEM les ha resultado muy molesta la intervención de INGETEC, auditora ambiental “colombiana”, “extranjera”. No han sido pocas las veces que funcionarios del MEM se han rasgado las vestiduras para defender chauvinistamente que el Perú no necesita de intervenciones de técnicos extranjeros, y hasta han acusado a quienes defendemos que en aras de transparencia y de competencias técnicas es preciso hacer sinergia con técnicos extranjeros expertos de los que podamos aprender (no olvidemos que las tecnologías de lixiviación con cianuro son extranjeras), pero a la vez porque queremos garantizar la independencia de las auditorías y las fiscalizaciones en el supuesto que una auditora internacional prestigiosa como es INGETEC, como podría ser cualquier otra de esa o mayor magnitud, no son fáciles de coimear, chantajear o someter a los intereses de la empresas mineras ya que su prestigio y credibilidad están de por medio, cosa que no ocurre por cierto con la mayoría de las empresas nacionales inscritas en el Directorio de Fiscalizadores Externos del MEM, muchos de cuyos funcionarios han trabajado o mantienen vínculos laborales o de prestación de servicios para las empresas mineras con evidentes conflictos de intereses que la falta de mecanismos institucionales de anticorrupción en el sector impiden saber hasta qué punto son independientes. Existe el peligro real que para los burócratas “nacionalistas” del MEM la auditoría ambiental de INGETEC termine siendo un proceso más o menos inútil ya terminado y sin futuro, solo hecho para complacer la incomprensible presión ciudadana de los cajamarquinos y llenar de plata a los técnicos extranjeros, dinero que bien pudo haber terminado dando trabajo a sus amigos de las fiscalizadoras externas al MEM. Es de esperar que los profesionales del MEM que no son funcionarios de tránsito, que apuestan por una gestión pública moderna, sepan valorar el enorme y costoso esfuerzo de la auditoría ambiental de INGETEC y llevar a buen puerto el levantamiento riguroso de las recomendaciones, aún dentro de las limitaciones temporales que tuvo. Es de esperar que estos funcionarios de carrera hallen caminos para incorporar en la gestión ambiental del MEM mecanismos institucionalizados para que se practiquen regular y periódicamente auditorías ambientales independientes a las operaciones mineras, construyendo para ello los puentes que hagan falta para llegar a consensos entre las aspiraciones, preocupaciones  y derechos de las poblaciones; con los compromisos y responsabilidades de las empresas modernas y la cooperación internacional.

 

La Sociedad Civil

De parte de la sociedad civil, es preciso que comprendamos la naturaleza del proceso. Una auditoría ambiental no resolverá por sí misma todos los problemas de los daños ambientales causados por actividades mineras irresponsables. La auditoría ambiental de INGETEC hace parte de la innovación de los mecanismos de gestión ambiental transparente y confiable que los ciudadanos informados y que no tenemos posiciones ideologizadas sobre el rol del Estado venimos exigiendo en el país. El Estado necesita fortalecer su capacidad de fiscalización de las actividades mineras. Las poblaciones necesitan tener seguridades ambientales para su salud. Estamos en contra del Estado “mínimo” y de la promoción de una minería sin controles ambientales adecuados que nos impuso el consenso de Washington, las políticas del Banco Mundial y el BID y el neoliberalismo a ultranza de los líderes políticos y empresariales peruanos. Como también estamos en contra de la actuación desinformada e irresponsable de quienes consideran que no debiera hacerse ninguna actividad minera en el país. Para nosotros el problema principal está en las condiciones bajo las cuales esta actividad se está haciendo. Un debate público sobre estas condiciones es algo que no debiera eludirse o acallarse. Nos toca a la sociedad civil tener un rol más protagónico en las decisiones que atañen a la sostenibilidad de nuestro desarrollo, a nuestra seguridad ambiental, a los beneficios que podemos recibir de la realización de actividades extractivas hechas con racionalidad social, ambiental y económica, que aseguren el respeto de los derechos humanos, los derechos de las comunidades y pueblos indígenas, la equidad social y la paz.

 

 

Conclusión

Mal haríamos si nuestro balance de la auditoría ambiental de INGETEC y el levantamiento de las recomendaciones, debido a una respuesta manipuladora de la empresa o de una respuesta mediocre de las autoridades del MEM (ojalá que ambas no ocurran) solo sirvieron para tapar el sol con un dedo. El proceso de levantamiento de recomendaciones no puede quedar en la conclusión de que su cumplimiento es perfecto, y por tanto ya no hay problemas ambientales con las operaciones de Minera Yanacocha. La solución de los problemas ambientales ocasionados por Yanacocha en Cajamarca son de un orden mucho más complejo, como lo hemos señalado líneas arriba. Desde la sociedad civil tenemos que dar fe que el proceso no ha sido perfecto, como toda construcción social no podía serlo, podía simplemente ser mejor: más proactividad de todos los actores desde el inicio, más transparencia, más información, más participación ciudadana. Una vez más, como lo dijimos para el caso del conflicto del Cerro Quilish: “la auditoría es más que la auditoría”. Los temas que están en juego en Cajamarca son los temas de la sostenibilidad del desarrollo, de la articulación entre actividades productivas y derechos sociales, de la economía y la sostenibilidad ambiental, de la descentralización y regionalización para transferir más competencias y capacidades a los actores locales, en suma, de la democracia con derechos sociales y ambientales para todos. En este sentido, Cajamarca está siendo el espacio en el que, con dolor, pueden avisorarse los cambios que todos queremos para que la inversión privada no someta al Estado, no postergue los derechos de los pueblos, para que la oprobiosa historia del oro de Atahualpa sea de una vez por todas conjurada. De esa magnitud son los retos que tenemos, de otro modo no nos quedará otra alternativa que seguir oponiéndonos férreamente a la realización de actividades mineras incontroladas. 



[1] Ver términos de referencia de la Auditoría Ambiental de INGETEC. MEM 2001.

[2] Un argumento extraordinario para que los burócratas del MEM, consultores externos y la prensa local áulica de la empresa minera dijeran varias veces que en Cajamarca nadie se entiende y que la población no sabe lo que quiere.

[3] Entre otros miembros directivos de la mesa de diálogo participamos activamente el Dr. Nilton Deza, Director de ECOVIDA, y el autor del presente artículo. La participación de un sin número de organizaciones, de líderes campesinos y urbanos y de un pequeño grupo de periodistas independientes fue sin duda el factor más decisivo para garantizar la participación ciudadana y la transparencia. 

[4] Carta del Ing. Santa Cruz al Sr. Jorge Gilligan, Gerente de Proyectos de UNOPS. 18-07-2003

[5] Idem.

[6] Carta de Santa Cruz, firmada por Gonzalo Rojas, dirigida a Marco Arana y Nilton Deza. 22-05-03. Cfr. También carta del 25-06-03