Cajamarca, 29 de Julio del 2004
Sr. Brad Hinze:
Gerente de Minera Yanacocha
Estimado Señor:
Esta es la tercera carta que
dirigimos a Ud. haciéndole recordar que no se ha tomado la molestia de
contestar nuestras dos cartas anteriores en las cuales le presentábamos un
resumen de los temas de agenda conversados en diversas reuniones:
El reciente anuncio del Ing. Orams
sobre el reinicio de las exploraciones en el Cerro Quilish que,
desgraciadamente para el pueblo de Cajamarca cuenta con el aval del Ministerio
de Energía y Minas y el inexplicable silencio de las principales autoridades
locales, indica que Minera Yanacocha se dispone en los próximos días a
incrementar el clima de conflicto existente entre la empresa y nuestra
comunidad y esto porque:
Estimado Sr. Hinze, a Ud. le
consta los múltiples esfuerzos de entendimiento y diálogo ensayados de nuestra
parte con su empresa pero que lamentablemente no han prosperado. ¡Qué diferente
sería todo si las palabras del Sr. Chris Anderson de Newmont, quien reconoció
que se habían cometido errores que debían subsanarse, se hubieran traducido en
nuevas políticas y nuevos planes empresariales! Me consta además que Ud. mismo
manifestó públicamente a inicios del presente año que “se subsanarían los
errores cometidos” y que “de ser necesario rodarían cabezas de los funcionarios
que resultaran responsables”. A estas alturas, y después de la carta pública
que Minera Yanacocha me ha dirigido el día de ayer, todo indica que Minera
Yanacocha no está dispuesta a introducir cambio alguno, al colocar como
condición de todo diálogo el obstinarse en llevar adelante el Proyecto Minero
del Cerro Quilish. El diálogo y la democracia suponen el disenso y la
diferencia de ideas, pero eso sólo es posible en un clima de transparencia, de
respeto a la dignidad del prójimo y reglas claras. Igualmente, la doctrina
social de la Iglesia enseña que la paz es fruto de la justicia y no una frase
lírica vacía de contenido. Me pregunto entonces:
Yo nunca me he opuesto a las
actividades mineras de manera principista y absoluta puesto que no soy un
ambientalista a ultranza, sino un sacerdote y ciudadano que defiende el derecho
de su pueblo al desarrollo humano, es decir a mejores condiciones de vida, con
producción de riqueza que beneficie a todos y que no comprometa la
sostenibilidad ambiental. Por lo visto, para quien haya escrito la mencionada
carta pública que me dirigen a nombre de su empresa, estos derechos son algo a
lo que los ciudadanos cajamarquinos no podemos aspirar bajo amenaza de ser
acusados de incitadores de la violencia. Curiosa inversión de la realidad que
hace el autor de la carta seguramente embriagado de la soberbia del poder y la
ceguera que puede provocar la codicia. Yo, aún sigo creyendo que Ud. y el Sr.
Nic Cots pueden ser más inteligentes para cuidar los intereses de Newmont,
mejorando la política de responsabilidad ambiental y social de la empresa, como
también creo que muchos miembros del equipo de gerentes que les acompañan, tal
vez buenos profesionales, se han mal acostumbrado todos estos años a
relacionarse con la comunidad con la billetera en la mano, campañas mediáticas
intimidatorias o creación de corruptelas aprovechando que en nuestro país no se
han desterrado los estilos de la época fujimontesinista y que, por tanto, son
incapaces de ayudar a manejar el cambio que su empresa necesita para garantizar
la sostenibilidad de sus operaciones:
Ud. mismo sabe, y lo hemos
conversado en diversas reuniones, que una de las razones por las que hay
conflictos no resueltos o incrementados entre vuestra empresa y nuestra
comunidad es porque la empresa minera ha desarrollado una errada política de
cooptación de algunos de nuestras organizaciones y ha contribuido a debilitar a
nuestras instituciones locales a través de firmas de convenios o distribución
de dinero a diestra y siniestra, como lo vienen haciendo ahora con el famoso
campeonato de “fútbol cholo” que busca adormecer la conciencia de los
campesinos y dividirlos al ofrecerles como trofeo una camioneta 4 x 4, a la par
que Yanacocha les cierra sus canales de riego y se niega a cumplir por ejemplo
la resolución de la Dirección Regional de Agricultura que ordenó a Yanacocha la
reapertura del Canal de La Ramada.
Haber escrito públicamente lo que
todo mundo sabe sobre cómo Yanacocha neutraliza y debilita nuestras
instituciones en el artículo “Quilish, Hora Cero” ha provocado las iras y la
desesperación de algún funcionario de su empresa que piensa que la bravuconada
y las campañas de desprestigio surtirán efecto. No, Sr. Hinze, no es así. Por
eso, aunque su empresa haya gastado millones de nuevos soles en campañas
mediáticas, regalos, paseos a la mina; que muchos cajamarquinos han aceptado
con gusto, eso no significa que aprueben los abusos cometidos ni la
contaminación que vienen generando. Que yo haya escrito un artículo que ha
merecido una difusión sorprendente en una decena de páginas webs a través de
Internet, y que programas televisivos importante del país hayan comenzado a
mirar con ojos críticos las relaciones de Minera Yanacocha con la comunidad
como ha venido ocurriendo con programas como “La Boca del Lobo” del Canal 2 o
“Reportajes” del Canal 5, así como diarios prestigiosos de diversas partes del
mundo como el Diario “El Mundo” y “La Tribuna Hispana” (de España) o The
Washington Post y The Rock Mountain de Denver en EE.UU. parece haber provocado
la pérdida de la razón de sus gerentes de comunicaciones y de relaciones con
gobierno, los que en un acto de desesperación no han tenido mejor idea que
publicar una carta institucional falta de inteligencia que sólo abonará en el
sentido precisamente contrario de lo que pretendía lograr: ahora todos los
ciudadanos de Cajamarca saben que existe el artículo “Quilish, Hora Cero” y
muchos demandan su masiva difusión; gracias a su gerencia de comunicaciones
ahora todos saben que el reinicio de las labores de exploración terminarán con
la explotación, y por si fuera poco han hecho crecer la credibilidad del
modesto liderazgo que algunas instituciones y grupos de ciudadanos me otorgan:
no en vano fui elegido por más de sesenta instituciones Vice presidente de la
Mesa de Diálogo del CTAR y he comenzado a recibir de manera inmediata muestras
públicas de desagravio y de reconocimiento a mi labor pastoral y profesional.
Concluyo esta larga carta,
diciéndole Sr. Hinze que, en lo personal, sigo teniendo una leve esperanza que,
en algún nivel de la alta gerencia de Newmont o de sus accionistas, puedan
decidirse a introducir cambios empresariales verdaderos, comenzando por
aprender a dialogar con los líderes cajamarquinos que no piensan como Uds. de
manera respetuosa y transparente. Sus gerentes de comunicaciones y relaciones
con gobierno debieran tomar constancia de que los cajamarquinos ya no estamos
en el año 1993 en que con un buffet y una conferencia acompañada de la
exhibición de miles de páginas de estudios incomprensibles podían meterse en el
bolsillo a nuestras autoridades, líderes y comunicadores locales. Hoy no es
así, los ciudadanos cajamarquinos hemos hecho aprendizajes, los conocemos mejor
y, por eso mismo, sabemos que la condición fundamental para que la minería no
siga constituyendo para nosotros una amenaza, es que vuestra empresa se decida
a introducir cambios verdaderos y, por cierto, que de parte de los principales
líderes cajamarquinos y sus organizaciones no se pierda la paciencia ni la
tolerancia para seguir construyendo su derecho desarrollo sin exclusión de
ninguno de los actores sociales, incluidos Uds. los mineros. En el conflicto
abierto por la decisión tomada en Denver de explotar el Cerro Quilish, Newmont
tiene la oportunidad de mostrarnos que está dispuesta a ceder y que renuncia a
seguir amenazando nuestro bienestar.
Quiero invocarlo una vez más, a
la reflexión y a construir espacios de entendimiento. Deponga, por favor,
aquella actitud de su empresa de perpetrar constantemente violaciones a
nuestros derechos. Revise la calidad humana y ético profesional del personal de
su empresa que diseña e implementa las políticas y estrategias de
relacionamiento con la comunidad y, finalmente no se deje llevar por aquellos
funcionarios que, entornillados en sus puestos, se han dedicado todo este
tiempo de manera sistemática a enturbiar y dificultar las relaciones con
nuestra comunidad. Le reitero, en la solución a la agenda inicialmente reseñada
en esta carta y en el desistimiento de la decisión de explotar el Cerro
Quilish, su gestión empresarial tiene la oportunidad de cambiar la historia de
abusos de Yanacocha para con nuestra comunidad y dar señales claras de querer
convertir las amenazas en fortalezas. Aprovecho la ocasión para rechazar
enérgicamente las ofensas e insinuaciones proferidas en la denominada “Carta
Abierta al Padre Marco Arana”, que estoy seguro merecerá una explicación
oficial y las disculpas correspondientes.
Atentamente,
P. Marco Arana Zegarra
DIRECTOR EJECUTIVO DE GRUFIDES