MINERIA: Los eternos niños del plomo: Los
"daños colaterales" del modelo económico.
César Cornejo Román - Rebelión (www.rebelión.org)
Chimpum ¡Callao!, el sport boys, la salsa, y los niños con plomo. Todos ellos
convertidos ya, en símbolos indiscutibles del célebre puerto del Callao.
Año tras año el problema de la contaminación por plomo en el Callao es
esporádica noticia en los medios de comunicación, objeto de nuevos estudios,
protagonista de trilladas promesas políticas, y tema de escasos proyectos,
aunque con lucrativas partidas presupuestarias para cubrir las planillas de
ONGs y nuevos entes gubernamentales que se están creando para solucionar –léase
lucrar- este problema. Lo que no se observa por ningún lado, es una luz de esperanza
para solucionar esta emergencia de salud pública –pero como todo lo público-
determinado principalmente por factores políticos.
En las siguientes líneas se pretende repasar muy brevemente los aspectos más
importantes de este tema, que aparte de las propias consecuencias que acarrea;
es “simbólico” de lo que ocurre en la actualidad en miles de comunidades
–especialmente del interior del país- que tienen enfrentamientos con las
empresas mineras. Dejar en claro su verdadera naturaleza es tarea urgente dada
la maniquea lectura que de él se realiza. Cualquier intento de solución que no
situé la primera discusión en torno a este esclarecimiento, está condenada
irremisiblemente al fracaso.
Los efectos del plomo en la salud de los
niños
Para empezar aclaremos y enfaticemos que las
personas adultas son - al igual que los
niños- víctimas de los efectos tóxicos de este metal. Sin embargo, debido a que
el metabolismo infantil lo absorbe más que el adulto, y a que los niños, al
encontrarse en etapa de crecimiento, pueden ver alterado gravemente el normal
desarrollo de sus múltiples sistemas, es que tomamos a los mismos para mostrar
los deletéreos efectos que sobre el organismo humano causa el plomo.
El envenenamiento por plomo afecta múltiples sistemas del organismo humano, en
especial el sistema nervioso, hematopoyético, renal, endocrino, óseo,
gastrointestinal y cardiovascular. En los niños, las manifestaciones más
precoces de afectación por el plomo se presentan aun con niveles en sangre tan
bajos como los 10,0 µg/dl. Y como se verá, en el Callao casi la totalidad de
los niños presentan niveles superiores a esta cifra.
Entre estos efectos, los más difundidos y preocupantes son aquellos producidos
por la afección del sistema nervioso, los cuales son muchas veces irreversibles
sobre la función cerebral, fundamentalmente déficit de atención, trastornos de
aprendizaje y de conducta, retardo del desarrollo psicomotor, en especial de la
coordinación visomotora y el equilibrio, disminución del cociente de inteligencia
que puede llegar al retraso mental, trastornos del desarrollo físico y de la
audición; especialmente si la exposición ocurre en etapas tempranas del
desarrollo.
Los niveles muy altos pueden poner al niño en estado de coma, generar
convulsiones y hasta causar la muerte. La intoxicación crónica, por el
contrario, causa síntomas inespecíficos e incluso las personas afectadas pueden
visitar especialistas que les diagnostican por error problemas psiquiátricos,
psicosomáticos o fatiga crónica, entre otros.
En síntesis, la contaminación por plomo causa efectos nocivos en TODOS los
niños. No es que unos niños “se enfermen” y otros no; sino que algunos pocos
tienen manifestaciones agudas claras de la enfermedad (porque en determinado
momento se ha acumulado demasiado metal en su organismo) y la gran mayoría,
sufriendo igualmente deterioro en su función cerebral, no lo manifiesta con
síntomas específicos. Pero ha de quedar claro que con cada inspiración, con
cada ingestión de alimentos, o con cada objeto que un niño se lleve a la boca,
está ingresando a su organismo un veneno llamado “plomo” que va a ser absorbido
como si fuera calcio (por su parecido con esta otra sustancia) y va depositarse
en los huesos de los niños, tejido cerebral y otros órganos; y seguirá circulando
dentro de la criatura causando más y más daños.
Las
causas
Los resultados de los muestreos ambientales
concuerdan con los resultados de los isótopos de plomo e indican que los
depósitos de minerales son la fuente más importante de contaminación por plomo
en la zona del Callao.
El Perú, el cuarto exportador mundial de plomo, es uno de los países más
contaminados por este tóxico. Según las estadísticas de la Dirección General de
Minería del Ministerio de Energía y Minas, por el puerto de el Callao se
exportan 216,700 toneladas métricas/año, la mayoría proveniente de la sierra
central, trasportado en ferrocarril 25% y en Camión un 75%; por tanto el problema
no sólo está en los depósitos y en el tránsito a los barcos, si no en toda la
ruta de transporte donde se va regando el mineral.
Llegado a este punto es indispensable formularnos las siguientes preguntas:
1. ¿Se ve la población del callao beneficiada por esta actividad?
2. ¿Hay algún beneficio económico suficiente para compensar la destrucción de
la salud de miles de personas?
3. ¿Quiénes son los que deciden sobre la realización de esta actividad
económica, la población, un puñado de burócratas lobbistas, las empresas
contaminadoras?
4. ¿Esto pasa en otros lugares también?
5. ¿Cómo actúan los políticos, burócratas y autoridades involucradas en este
problema?
Y las respuestas del millón de dólares:
1. ¿Se ve la población del callao
beneficiada por esta actividad?
Las poblaciones afectadas por este problema
son las más pobres del Callao. En la página web que se creó para apoyar esta
campaña figura una indignante y patética fotografía que es cotidiana realidad
en el barrio de Puerto Nuevo. En ella se observan como ellos deben sacar en
baldes sus desperdicios orgánicos de las viviendas por falta de desagüe,
mientras a escasos metros se observa un moderno y lujoso crucero que para ellos
no representa la más mínima fuente de ingreso. Igualmente, salvo algunas
cuantas personas que en pésimas condiciones laborales trabajan en las empresas
contaminadoras, la gran mayoría no recibe ningún beneficio. Eso sí, cuando de
comprar dirigentes se trata siempre hay alguna forma solapada de hacerlo, y es
así que tenemos ocasiones en que pobladores –muy pobres- con su salud y la de
sus hijos afectada, que se prestan para sabotear los intentos de organización y
movilización popular contra estas empresas. Habría que enfatizar que ¡todos!
los trabajadores que laboren para estas empresas están sufriendo un daño a su
salud que no tiene precio.
Ahora, como vivimos en un supuesto estado “democrático”, y esta democracia
sobreentiende un contrato social en el cual el estado recibirá –a través de los
impuestos- los beneficios económicos de estas actividades, para luego
redistribuirlos según las prioridades “de la población”; pues tomémonos unas
líneas –quizá extensas pero indispensables- para entender esta compleja
problemática.
El asunto de la minería: La minería es la actividad que representa un
apabullante 40% de las exportaciones peruanas, aunque eso sólo significa un 4%
del Producto Bruto Interno (PBI) o un 8% del presupuesto fiscal. Es necesario
saber que por cada 1000 millones de dólares que se lleva la empresa minera el
“estado peruano” sólo se queda con 1 milloncito. Y por si aún queda algún
ingenuo que cree que los Estados juegan del lado del pueblo, les diremos que de
ese dinero nada va a salud, educación, alimentación, vivienda…; es decir, lo
que el pueblo –sin miedo a equivocarme- mandaría a donde vaya el dinero si esto
fuera una democracia como lo declara el gobierno, sino que todo el dinero se
destina al pago de la deuda externa y de los abultados sueldos de nuestros
gobernantes y sus interminables planillas de asesores.
Pero bueno, como no tenemos la autoridad para cuestionar el consenso –del que
nos hablan los especialistas- de que la minería genera desarrollo; veamos,
antes de ser acusados de fundamentalistas del centralismo, el desarrollo
regional que esta actividad produce.
Hace 10 años Cajamarca era el 4º departamento mas pobre del Perú, después de 10
años de intensa actividad minera es el 2º mas pobre, el agua está contaminada,
la población de diversas comunidades está enferma por consecuencias directas de
la minería (la más conocida es el derrame de mercurio en Choropampa por la
minera Yanacocha), muchas autoridades corrompidas, los medios de comunicación
comprados, y los humildes campesinos y autoridades que se atrevieron a elevar
su voz de protesta son denunciados por Yanacocha, que a propósito de esto
aparece involucrada en un vladivideo, demostrándose los actos de corrupción a
su favor en una disputa en los tribunales peruanos.
Quizá estemos exigiéndole demasiado a la minera, después de todo, démosle tiempo.
Cerro de Pasco lleva siglos de explotación minera. Inicialmente enriqueció a la
corona española, que la llamo “Ciudad Real de Minas” en 1639. Actualmente en la
región de Pasco se encuentran más de 13 empresas mineras generando alta
contaminación del suelo, aire y agua, deterioro de la fertilidad del suelo,
desertificación, erosión, deforestación y tala indiscriminada de los bosques,
permanente conflicto con las comunidades por el uso y abuso de territorio
comunal y recursos naturales. Pasco, con tanta riqueza en su interior, y tantas
empresas que representan inversión extranjera, comparada hoy en día con la
ambrosía de los dioses para nuestros “patriarcas intelectuales”, tiene una
pobreza de 66.3%, extrema pobreza de 40.2% y un 71.5% de la población con
necesidades básicas urgentes. ¿Cuantos siglos demora la minería en dar frutos
para el pueblo? ¿Porque las mineras al año están llevándose jugosas y
millonarias ganancias?. Interrogantes que nuestros “pastores económicos” no han
respondido aún, pero mientras no lo hagan, y las respuestas no satisfagan a la
población, no deberían permitirse, ni por un segundo más, el robo de nuestras
riquezas naturales, la contaminación de nuestros suelos, aire y tierras, el
desplazamiento de comunidades o la destrucción de nuestra salud.
2. ¿Hay algún beneficio económico
suficiente para compensar la destrucción de la salud de miles de personas?
En una sociedad como esta, estructurada en
base al derecho al lucro sin límites morales, políticos ni legales; destruir la
salud de 80 mil personas, devastar el futuro de miles de niños, y continuar sin
fin con este circuito –altamente lucrativo- no es mas que un inconveniente
menor y si la población intenta modificar este statu quo, siempre están los
abogados, los políticos, y la prensa para defenderlo.
En una sociedad en la que supuestamente debería haber “gobernabilidad”, “estado
de derecho”; y un sin fin de sandeces que les oímos a los liberales, burócratas
y políticos, pues las leyes deberían establecer justas “compensaciones” para
los afectados, lo cual implica de por sí “la mercantilización” de la salud, es
decir, ponerle precio y sumarla a los costes de producción al puro estilo de
Bush, con sus 100 000 irakies muertos mas conocidos como “daños colaterales”.
Para una sociedad, en la que el derecho a la salud, la vida, la dignidad están
muy por encima del derecho de lucro de unos cuantos, ¡es completamente
imposible! pensar siquiera en que algo pueda compensar el daño causado cada
minuto que siga en pie esta actividad destructora.
3. ¿Quiénes son los que deciden sobre la
realización de esta actividad económica, la población, un puñado de burócratas
lobbistas, las empresas contaminadoras?
El único que ve o norma (pone reglas) a la
minería es el Ministerio de Energía y Minas; pero a la vez la función de este
ministerio es promover la actividad minera; y sus ministros, viceministros y
toda su burocracia son a la vez los presidentes, directivos y accionistas
(dueños) de las empresas mineras. Nadie más tiene injerencia “real” en el
asunto, la población no tiene ¡ninguna capacidad decisoria! sobre el
establecimiento de actividades mineras en su localidad. Entonces hay una
abierta contradicción entre Democracia y Modelo Económico, un modelo económico
que hace que gran parte del Estado esté organizado en base a los intereses de
las empresas mineras. Por ejemplo, cuando el distrito de Tambogrande (los
primeros productores de limón y mango del país) convocó a un referéndum para
decidir si la explotación minera se debería dar o no en sus tierras, no lo
apoyó nadie. NO LO APOYÓ Pro Inversión, ni el ministerio, ni la ONPE cuya
función es ésta, ni la defensoría del pueblo, les negaron recursos y cuando los
resultaron arrojaron casi 100% de rechazo a la minería, lo desconocieron.
Entonces vemos que la democracia se acaba cuando se choca con el modelo
económico y sus beneficiados. Cuando las comunidades hablan y no están de
acuerdo pues simplemente son destruidas.
Es así que ante el contundente rechazo de la población, el Estado y la minera
no lo reconocen y les imponen el modelo “sagrado” que los sacará de la pobreza
y la estulticia. Y los medios de comunicación hacen lo suyo mostrando a la
población que protesta por estos abusos como “ingenuos” manipulados por
intereses perversos, demoníacos ¡o hasta comunistas!, válgame dios semejante
trasnochada ideológica.
4. ¿Esto pasa en otros lugares también?
Actualmente hay 30 millones de hectáreas con denuncias contra la minería que
afectan a 30 mil comunidades; no son una o dos comunidades las afectadas a
nivel nacional, son 30 mil las que ya han denunciado, muchísimo mayor ha de ser
el total real de comunidades afectadas.
El problema de la contaminación de niños con plomo tampoco es nuevo. En varias
zonas de la ciudad minera de La Oroya (150 kilómetros al este de Lima) 13 de
cada 30 niños menores de tres años padecen una contaminación de 42 ug/dl, según
un estudio realizado por toxicólogos del estadounidense Hospital Infantil de
Columbus. Hay dos mil niños menores de dos años cuyo futuro está amenazado,
pero las autoridades peruanas siguen laureando la creciente explotación minera.
5. ¿Cómo actúan los políticos,
burócratas y autoridades involucradas en este problema?
No es secreto para nadie que los 10 años de
dictadura fujimontesinista representaron también un serio proceso de corrupción
que llegó a todos los niveles, incluso a importantes estratos del tejido social
que sostenía a la poderosa izquierda de los 80. Alex Couri, alcalde reelecto
del callao con importante apoyo popular, parte del cual es justamente el que
utilizó Fujimori en sus redes de clientelaje y corrupción, es un aliado
indiscutible y categórico de las empresas mineras que destruyen la vida.
Cuantos dólares recibirá por ello, es algo para lo cual –lamentablemente- no
hay vladivideo como en el que se ve a su hermano recibiendo dinero de manos de
Montesinos. Este alcalde, en su campaña de reelección visitó –como buen
político- estas zonas afectadas prometiendo la clausura de estos depósitos de
plomo (entre otros contaminantes de la salud que ya se están asentando en el
Callao). Estas promesas jamás se verán cumplidas por voluntad del municipio. De
eso no hay duda.
Sobre este problema, al puro estilo de los políticos de derecha, hasta la
lidereza de Unidad Nacional (coalición electoral de derecha) visitó Puerto
Nuevo donde pidió se atienda el problema del plomo en los niños y se ponga agua
y desagüe de inmediato. Estuvo acompañada obviamente del candidato a la
alcaldía del Callao Luis Mellet y a la región Jorge Allende. Aunque no mencionó
-claro esta- que entre sus propuestas de solución, la clausura de los depósitos
es impermisible por representar un pecado mortal ante el dios de la inversión
privada y extranjera, patrono de nuestra democracia.
Entonces, en un esfuerzo de síntesis, tenemos que los poderes fácticos del
capitalismo (el estado a todos sus niveles, los medios de comunicación, el
poder económico de las empresas y el poder político de los partidos
tradicionales) tienen un claro consenso en que la actividad minera (dentro de
la cual está incluida el transporte, almacenamiento y exportación del plomo
causantes de la contaminación del callao) es una prioridad muy por encima de
los deseos, necesidades o problemas de las comunidades y poblaciones. Y que
cualquier traba a la misma –al representar obstáculos a la inversión privada-
son completamente inadmisibles en esta sociedad que se estructura en función al
beneficio del capital, sobretodo del trasnacional. Y para atragantarnos este
“pensamiento único” están los intelectualoides y tecnócratas de turno.
Las
soluciones
Una vez esclarecidos sobre a) los gravísimos daños que
causa el plomo, b) el nivel exorbitante de contaminación que ya existe; y c)
que empresas, autoridades y poderes fácticos del capitalismo se ven completamente
imposibilitados de dar solución real a estos problemas porque la misma se opone
frontalmente a sus intereses y convicciones ideológicas; es recién que podemos
darnos a la tarea común de buscar soluciones pertinentes a este complejo y
urgente problema.
Según información del Centro para el Control de las Enfermedades de EEUU (CDC)
“el envenenamiento por plomo es totalmente evitable” y “la exposición al plomo
es uno de los envenenamientos comunes más fáciles de prevenir en los niños”. Es
decir, que la máxima autoridad en salud del país al que pertenecen los dueños y
capitales de las grandes empresas trasnacionales que se llevan nuestras
riquezas, destruyen nuestro medio ambiente, los modos ancestrales de vida en
las comunidades, y envenenan y matan a nuestros niños y adultos, reconoce que
este problema del envenenamiento por plomo es algo que no debería darse… al
menos en los gringuitos; pero si quieren que vayan a joder sudacas.
Como lo dijo Vladimir Pinto en una mesa redonda sobre el problema de “Las Bambas”
- donde se está imponiendo la explotación minera en contra de la voluntad de la
población-:“Ante esta situación, así algunos digan que estamos en un extremo,
pues es en ese extremo donde nos sentimos más cómodos”. Y es que un mínimo
ejercicio moral de las evidencias nos obligaría a descartar la cómoda y
cómplice posición del “medio” para asumir, aquí y ahora, la defensa de nuestros
recursos naturales, de la salud de nuestros niños y compatriotas, y la nuestra
propia y sobre todo la dignidad que nos es pisoteada y burlada cada vez que
escuchamos a uno de los propagandistas (comúnmente llamados técnicos, expertos,
especialistas, etc.) de las empresas mineras en los medios de idiotización del
país, vendiéndonos la formulita que minería, trasnacionales y capital
extranjero nos están sacando de la pobreza.
El problema de la contaminación ambiental por la extracción de minerales - en
general - y en el transporte, almacenamiento y exportación de plomo - en
particular - es un problema político, y requiere soluciones políticas.
Reconstruir la política como voluntad ética colectiva de replanteamiento de la
sociedad bajo otros principios, radicalmente distintos al mercantilismo
imperante, es una necesidad urgente.
El problema del puerto del callao es concreto, o se van las empresas que
transportan, almacena y exportan el plomo, o se sigue devastando el futuro de
miles de personas. Buscar soluciones “conciliadoras” que traten de disminuir
los daños a la población con tal de permitir la satisfacción de los intereses
de los capitales privados, es un atentado directo y condenable que debemos
combatir abiertamente. Así mismo, el Estado deberá asegurar que estas empresas
“intenten” compensar algunas “secuelas” de tantos años de contaminación, y de
no poder - léase querer- hacerlo, el mismo estado deberá asumir la
compensación.
La población de callao es la llamada a esta
batalla. Es sólo el pueblo organizado, con un claro conocimiento de la
problemática y una cerrada defensa de su posición - la única éticamente
aceptable - la que podrá convertir este problema en el motor de la movilización
social que se constituirá en la única fuerza posible para frenar los
impermisibles intereses del capital privado que viene destruyendo su vida.
Ejemplos de las heroicas victorias que recientemente ha protagonizado la
población, son el caso de la comunidad de Tambogrande; que tras arduas batallas
logró hacer retroceder a una de las trasnacionales mineras mas grandes del
mundo en sus intereses de destruir sus valles y desplazar a la población para enriquecerse
con el valioso contenido de oro de su interior. Igualmente, hace poco hemos
contemplado la victoria - ún inconclusa- del pueblo cajamarquino que impidió la
explotación del sagrado cerro quilish –fuente principal de agua de algunas
comunidades- que había sido autorizada por el gobierno.